9 de mayo de 2012

BusSTOP.

Nerviosa esperaba en la parada del autobús. El repiqueteo de mis pies era incontrolable y mis dedos tintineaban en mis rodillas. Impaciente.
Me puse mi falda mas bonita, la verde y la blusa blanca que ella me regaló en mi último cumpleaños. 
Ansiaba verla, quizás llegué demasiado pronto, el tiempo no corría y mis nervios aumentaban ¿dónde se había metido? Temí que no viniese.
Comprobé la hora, las 6.45pm, era la hora. Miré a mi alrededor angustiada, pero no pude verla. 
Los autobuses iban y venían.
-Tranquila, llegará te lo prometió, se paciente... me dije.
Y al fín... un escalofrío recorrió mi espalda, sentí sus brazos rodeando mi cintura, me besó dulcemente en el cuello. Por fin.
Allí estaba ella, tan hermosa como siempre, con su perfecta sonrisa, su perfecta mirada, y ese pelo rizado que me volvía loca. 
Nos miramos, y el mundo desapareció; sólo estábamos ella y yo.

Me amaba.
La amaba.

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