27 de marzo de 2012

C r u e l p a s t.

Al otro lado del teléfono ella lloraba desconsoladamente, a mí se me rompía el alma; podía sentirla desde mi cuarto, pero no podía hacer nada, nunca he podido hacer nada.
Mamá gritaba ahogadamente, impotente; aquello se le escapaba de las manos.

Ella seguía llorando.

No, no había solución, y quizás nunca existió tal... 
Y conforme el tiempo pasaba, las cosas crecían, crecían perdidas, dejaban de crecer, crecían hacia abajo.

Ella seguía llorando.
Y yo, mas que nunca pude darme cuenta... All hope is gone.

1 comentario: